Descansen en Paz Cali y Jocelyn

Durante la noche falleció Cali.

Tenemos sentimientos encontrados. Estamos contentos porque está libre, sin dolor, con su piel hermosa, saltando y trepando en el cielo de los monos y estamos muy tristes, añorando su saludo cariñoso en la mañana, sus vocalizaciones de felicidad cuando comía sus frutas preferidas, sus grititos cuando miraba pasar a su lado al personal del Centro llamando la atención para dar su manito.

Cali era un mono muy querido por todos los que lo conocimos, caló muy hondo en nuestro corazón, sabía ser feliz aún arrastrando una cruel enfermedad en su piel, sabía ser cariñoso con sus amigos humanos aún cuando había sido tan cruelmente maltratado por otros humanos en la ciudad de Calama que lo tenían cautivo expuesto al intenso sol del norte chileno que junto a la sequedad del aire dañó su piel, botó su pelo y provocó el cáncer

Querido Cali, hoy todos trabajamos tristes, con los ojos llorosos, no podíamos hablar de ti sin que las lágrimas aparecieran. Te echaremos mucho de menos, tu alegría de vivir era contagiosa, cuando pasábamos bajo tu túnel, corrias rápidamente hacia una de tus bandeja de comida para darnos la mano y todos te saludábamos alegremente, tenías el poder de transmitirnos tu alegría y dejarnos contentos. Tus ojitos no brillaban porque el sol había dañado tus pupilas, eran opacos y grises pero veias relativamente bien y nos reconocías a cada uno de nosotros.

Tu mejor amiga era Lorena Tejero , ella se preocupó especialmente de ti durante la etapa terminal de tu enfermedad. Todos los días temprano aparecía por la cocina de mi casa preguntando que comida especial te enviaría, tu la esperabas ansioso y apenas recibías el pan con miel de desayuno sabías que ligerito llegaría Lorena con una variedad de comida para que escogieras.

Justamente anoche, Jocelyn también decidió partir, ella estaba sana pero era muy anciana. Su corazón dejó de latir, así de simple. comió su desayuno, comió a la hora de almuerzo y cuando fue Yonel a entregarle su última comida del día la encontró durmiendo en el dormitorio y por más que la llamó, no salió. Su corazón dejó de latir junto con el de Cali.

Hoy, Yonel los depositó a los dos juntos, entrelazados en el sueño final.

Hoy no fue un buen día para los humanos del Centro de Primates, fue un buen día para el cielo de los monos. Hoy dos monos capuchinos corren libres y felices.

Gracias Cali y Jocelyn por compartir su vida con nosotros,!!!! nos sentimos honrados de haber compartido parte de nuestra vida con dos seres especiales y maravillosos. Los recordaremos siempre.